Los beneficios del ejercicio en la circulación: activa tu cuerpo, mejora tu salud cardiovascular

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¿Por qué es tan importante una buena circulación?

La circulación sanguínea es vital para transportar oxígeno y nutrientes a cada célula del cuerpo. Un sistema circulatorio saludable garantiza que los órganos funcionen de forma eficiente, mejora la eliminación de desechos y regula funciones esenciales como la temperatura corporal y la presión arterial. Cuando la circulación se ve afectada, pueden aparecer síntomas como piernas pesadas, hormigueo, fatiga e incluso complicaciones cardiovasculares más graves.

 

¿Cómo mejora la circulación con el ejercicio?

Durante el ejercicio físico, el corazón bombea con más fuerza y los vasos sanguíneos se dilatan, lo que facilita el transporte de sangre y oxígeno. Este efecto no solo ocurre mientras te mueves, sino que con el tiempo se generan adaptaciones permanentes en el sistema cardiovascular que mejoran tu salud circulatoria incluso en reposo.

 

1. Aumento del flujo sanguíneo

El ejercicio incrementa la cantidad de sangre que llega a músculos y órganos. Este aumento del flujo favorece la oxigenación de los tejidos y reduce el riesgo de acumulación de toxinas o sustancias inflamatorias.

2. Mejora de la función del endotelio vascular

El endotelio es la capa interna de los vasos sanguíneos. Cuando te ejercitas, esta capa produce óxido nítrico, un vasodilatador natural que ayuda a mantener la elasticidad de las arterias y previene la formación de placas.

3. Reducción de la presión arterial

El entrenamiento regular, especialmente de tipo aeróbico, ha demostrado reducir la presión arterial en personas con hipertensión, disminuyendo la resistencia que la sangre encuentra al circular.

4. Prevención de la formación de coágulos

El movimiento favorece el retorno venoso y disminuye el estancamiento sanguíneo, lo cual reduce el riesgo de trombosis venosa profunda y otras complicaciones vasculares.

 

Tipos de ejercicio recomendados para estimular la circulación

  • Ejercicio aeróbico: Caminar, nadar, montar bicicleta o trotar activan el sistema cardiovascular y mejoran el retorno venoso.

  • Entrenamiento de fuerza moderado: Mejora el tono muscular, lo cual favorece el bombeo venoso, especialmente en extremidades inferiores.

  • Estiramientos y movilidad: Favorecen la flexibilidad vascular y reducen la rigidez de arterias y venas.

 

¿Qué pasa si no nos movemos?
Riesgos de la inactividad

La vida sedentaria reduce la eficacia de la circulación. Estar muchas horas sentado disminuye el retorno venoso, favorece la retención de líquidos y aumenta el riesgo de enfermedades como la hipertensión, insuficiencia venosa crónica o embolia pulmonar en casos extremos.

 

Recomendaciones prácticas para mejorar la circulación con ejercicio

  • Muévete cada hora: Si trabajas sentado, levántate y camina unos minutos cada 60 minutos.

  • Haz al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica: Según la OMS, esta cantidad mejora la salud vascular y general.

  • Incluye movilidad y estiramientos: Mejora el flujo en zonas comprimidas o rígidas, como cuello y piernas.

  • Usa ropa cómoda y evita cruzar las piernas por mucho tiempo: Esto favorece la circulación en extremidades.

 

Conclusión

Tu salud circulatoria está en tus manos

El movimiento es vida. Incluir ejercicio físico en tu rutina diaria no solo mejora tu capacidad física, sino que fortalece uno de los sistemas más importantes de tu cuerpo: el cardiovascular. No necesitas entrenar como un atleta, basta con empezar a moverte de forma regular para notar cambios significativos en tu energía, tus piernas y tu bienestar general.

 

 

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Referencias

  • Cornelissen VA, Fagard RH. Effects of endurance training on blood pressure: a meta-analysis. Hypertension. 2005;46(4):667-75.

 

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